Últimamente he leído muchos artículos respecto al tema de las mujeres y
el príncipe azul. La mayoría echándole la culpa a
Disney, por “meternos en la cabeza” la idea del príncipe azul. El hombre
perfecto que viene a matar al dragón y a rescatarnos de la torre. Por supuesto
que me pareció pura habladera de paja.
El príncipe azul no tiene necesariamente que medir dos metros, ser
atleta, espadachín, y trilingüe. Y definitivamente no tiene que salvarnos de nada,
pues la mujer de hoy en día puede tranquilamente matar a su dragón y bajarse de
la torre solita. Se llama evolución, desarrollo, la mujer del siglo XXI no es
la misma mujer bajo los conceptos que fueron creadas Cenicienta o Aurora. Y creo
que precisamente de allí nacen esos comentarios inseguros de esos hombres que
creen que tenemos el concepto erróneo de “hombre” gracias a Disney.
Empecemos por el hecho de que el príncipe azul, es una metáfora; ¿los hombres
creen que uno de verdad espera a un hombre perfecto con medias pantis a caballo blanco
con una pluma en el sombrero? NO! El príncipe azul, representa al hombre que pueda enamorarnos y
mantenernos enamoradas. Así de simple. Y eso, amigos míos, viene en cualquier
talla, color y tamaño. Así que compadres, déjense de complejos, porque
si todas somos princesas (como Disney nos ha enseñado), entonces todos ustedes
pueden ser príncipes azules.
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